El juego sucio de First Quantum Minerals no tiene límites, ahora se apoyará en la administración Trump para volver a abrir la mina, como el francés Felipe Buneanu Varilla en 1903, vendiendo el territorio nacional donde se construyó el Canal con apoyo de los partidos oligárquicos tradicionales, en una afrenta a la soberanía panameña, que lleva el país al atraso colonial.
En una acción que desafía tanto la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Panamá como los principios fundamentales de nuestra Constitución, First Quantum Minerals, la multinacional que operaba ilegalmente la mina Cobre Panamá, busca ahora un apoyo intervencionista en la figura del consumado autocrata racista presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Este intento de influir en los asuntos internos de Panamá a través de la diplomacia empresarial y el cabildeo intervencionista extranjero no es sólo una muestra de desesperación, sino también una declaración de guerra contra la soberanía panameña.
La mina Cobre Panamá fue formalmente cerrada en noviembre de 2023( aunque sigue operando según experto, con el contubernio del gobierno de Mulino) tras una serie de claras violaciones a la constitución panameña en asociación con la casi totalidad de la Asamblea de Diputados y demás mandos políticos en los diferentes gobiernos. La Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el contrato que respaldaba las operaciones de First Quantum Minerals, en una decisión histórica que reafirmó los derechos del pueblo panameño sobre sus recursos naturales. Sin embargo, lejos de aceptar el fallo, la empresa ha optado por una estrategia de confrontación, que incluye amenazas al país y la apología del delito al llamar abiertamente a incumplir con el ordenamiento jurídico del país.
La reciente declaración de Tristan Pascall, CEO de First Quantum Minerals, solicitando el respaldo del presidente electo Trump para reabrir la mina, evidencia abierta violación al sistema legal panameño y por los principios democráticos que este representa. Este movimiento también plantea serias interrogantes sobre el rol que podría jugar la administración Trump en la interferencia con los asuntos soberanos de Panamá, Trump ya ha maniestado su intención de que la decadente potencia extranjera de EEUU retome el control del Canal de Panamá, regentado por una corrupta administración.
La historia de Panamá está marcada por episodios de intervencionismo extranjero con grandes matanzas como la Tajada de Sandía a finales de siglo xix, y decenas durante el siglo 20 como los asesinatos de los patriotas el 9 de enero de 1964 o la cruenta invasión militar de 1989, muchas de esas intervenciones justificadas especialmente en lo que respecta a la explotación de sus recursos naturales como el Canal de Panamá. Este caso no es diferente. Al buscar respaldo político en Estados Unidos, First Quantum Minerals demuestra su intención de evadir las leyes panameñas a través de una alianza con una administración de corte autoritaria que está dispuesta a priorizar los intereses corporativos sobre los derechos soberanos de los países más pequeños.
La pregunta clave es: ¿qué tan dispuestos están los Diputados de la Asamblea a defender los intereses nacionales frente a estas presiones externas? Hasta ahora los hechos concretos demuestran que han trabajado para vender el país al mejor postor como los contratos de privatización con las piratas empresas eléctricas, entre tantos otros contratos leoninos que han destruido la economía nacional.
El Ministerio Público y otras autoridades tienen la obligación de actuar rápidamente ante las declaraciones del Sr. Pascall, que podrían interpretarse como una incitación al incumplimiento del fallo judicial y, por ende, una violación a la soberanía del Estado e igualmente la Asamblea de Diputados está facultada legalmente para procesar al presidente ante un evidente acto de traición a la patria. Mulino es heredero de la misma clase política corrupta que vendió el país con la constitución de 1903 con el tratado Hay Buneau Varilla.
Panamá se encuentra en una encrucijada. Este caso no solo afecta la situación de Cobre Panamá, sino también establece un precedente para la forma en que el país maneja la explotación de sus recursos naturales y su relación con las multinacionales. Los partidos oligarquicos, del Régimen Político surgido tras la invasión, han enviado un mensaje claro: seguirán vendiendo Panamá al mejor postor de las potencias extranjeras, como parte de una clase antinacional, opuesta a los intereses de la soberanía y la construcción de un Panamá con un modelo de desarrollo sostenible, verde, Democrático. Son los históricos enemigos de la nación panameña y su Democracia.
La Procuraduría General de la Nación tiene una gran responsabilidad en este momento. O son cómplices de la apología del delito que parece estar promoviendo First Quantum Minerals, o se convierten en parte de la solución, defendiendo los derechos del pueblo panameño y asegurando que nadie, ni siquiera una poderosa multinacional y sus cómplices, estén por encima de la ley.
El pueblo panameño ya demostró en 2023 con el rechazo al contrato minero para beneficiar a las potencias extranjeras, que sigue el camino señalado por los mártires del 9 de enero de 1964 de perfeccionar la Soberanía y la Democracia Panameña.
El momento de actuar es ahora. La soberanía no se negocia, y los derechos del pueblo panameño deben prevalecer sobre los intereses de cualquier corporación, por poderosa que esta sea.
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