¿Por qué se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora?



 El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra el 8 de marzo para rendir homenaje a la histórica lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo integral como individuos en igualdad con los hombres.

Origen:

En 1908, se llevó a cabo la huelga de las trabajadoras textiles en Nueva York, demandando m
ejores condiciones laborales.

La huelga de las trabajadoras textiles en Nueva York de 1908 Fecha: 8 de marzo de 1908

Lugar: Fábrica Cotton Textile Factory, Nueva York, Estados Unidos

Participantes: Más de 15.000 mujeres trabajadoras textiles

Motivo: Protestar por las pésimas condiciones laborales:

    • Jornadas de trabajo de 10 a 12 horas

    • Salarios ínfimos

    • Falta de seguridad e higiene

    • Discriminación por género

Demandas:

    • Reducción de la jornada laboral a 10 horas

    • Aumento de salario

    • Mejoras en las condiciones de seguridad e higiene

    • Igualdad de oportunidades para las mujeres

Consecuencias:

    • La huelga fue reprimida violentamente por la policía.

    • Se estima que murieron entre 129 y 146 mujeres, algunas en un incendio que se produjo en la fábrica.

    • La tragedia generó una gran conmoción social y destacó la necesidad de mejorar las condiciones laborales de las mujeres.

    • Se considera un hito en la lucha por los derechos de las mujeres y el Día Internacional de la Mujer Trabajadora se conmemora en su honor.

Importancia:

    • La huelga de 1908 fue un acto de valentía y determinación por parte de las trabajadoras textiles.

    • Inspiró a otras mujeres a luchar por sus derechos y mejores condiciones laborales.

    • Contribuyó al avance del movimiento feminista y a la mejora de las leyes laborales en todo el mundo.

Legado:

    • La historia de la huelga de 1908 sigue siendo un símbolo de la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres.

    • Nos recuerda la importancia de seguir luchando por un mundo más justo y equitativo para todas las personas.

En 1910, Clara Zetkin propuso en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas la celebración de un día para la mujer. En 1911, se llevó a cabo la primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. En 1975, la ONU comenzó a celebrar el Día Internacional de la Mujer.

Motivos de la conmemoración:

    • Visibilizar las desigualdades y discriminaciones que sufren las mujeres.

    • Reivindicar sus derechos y luchar por la igualdad de género.

    • Celebrar los logros y avances de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.

Es un día para:

    • Reflexionar sobre los desafíos que aún enfrenta la mujer.

    • Fortalecer la unidad y el movimiento feminista.

    • Renovar el compromiso por la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.


Lema del Día Internacional de la Mujer 2024: "Igualdad de género para un mañana sostenible".

La situación de la mujer en Panamá, según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), revela que la población femenina del país es de 2.2 millones, representando el 49.8% del total. La esperanza de vida al nacer de las mujeres es de 80.6 años, mientras que la de los hombres es de 75.4 años. El estado de salud percibido por las mujeres es peor que el de los hombres, ya que el 17.3% de ellas reportan tener una salud regular o mala, frente al 13.6% de ellos. Además, el sedentarismo afecta más a las mujeres que a los hombres, ya que el 64.8% de ellas no realizan actividad física suficiente, frente al 54.9% de ellos.

En el ámbito educativo, las mujeres tienen una mayor escolaridad que los hombres, ya que el 15.7% de ellas tienen estudios superiores, frente al 12.4% de ellos. Sin embargo, las mujeres enfrentan mayores barreras para acceder al mercado laboral, ya que solo el 47.6% de ellas participan en la fuerza de trabajo, frente al 74.8% de ellos. La tasa de desempleo femenina es del 9.2%, mientras que la masculina es del 6.1%. Además, las mujeres ocupan más empleos vulnerables que los hombres, ya que el 34.7% de ellas son trabajadoras por cuenta propia o no remuneradas, frente al 24.3% de ellos.

Las brechas salariales también son evidentes, ya que las mujeres ganan en promedio un 23% menos que los hombres por hora trabajada. Esto se debe en parte a la segregación ocupacional por género, ya que las mujeres se concentran en sectores menos valorados y remunerados, como el comercio, la educación, la salud y los servicios sociales. Asimismo, las mujeres dedican más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y al cuidado no remunerado, lo que limita sus oportunidades laborales y económicas. Según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT), las mujeres dedican en promedio 5 horas y 18 minutos al día a estas actividades, mientras que los hombres solo dedican 1 hora y 36 minutos.

Las causas de esta brecha son múltiples:

    • Segregación ocupacional por género: Las mujeres se concentran en sectores menos valorados y remunerados, como el comercio, la educación, la salud y los servicios sociales.

    • Trabajo no remunerado: Las mujeres dedican más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y al cuidado no remunerado, lo que limita sus oportunidades laborales y económicas.

Las consecuencias de la brecha salarial son negativas para las mujeres y para la sociedad en general:

    • Afecta el bienestar individual de las mujeres y sus familias.

    • Limita el crecimiento económico del país.

    • Perpetúa la desigualdad de género.

Es necesario tomar medidas para cerrar la brecha salarial y promover la igualdad de género en el mercado laboral:

    • Promover la educación y formación de las mujeres en sectores con mayor potencial de crecimiento y mejores salarios.

    • Implementar políticas públicas que favorezcan la igualdad de oportunidades en el empleo.

En cuanto a los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género, Panamá ha ratificado varios instrumentos internacionales al respecto, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belém do Pará). Sin embargo, persisten desafíos para garantizar su cumplimiento efectivo, como la violencia de género, la salud y los derechos sexuales y reproductivos, la discriminación múltiple y la participación ciudadana de las mujeres.

La violencia de género es una de las principales violaciones de los derechos humanos de las mujeres en Panamá, ya que afecta a una de cada tres mujeres a lo largo de su vida. Según el Observatorio Panameño contra la Violencia de Género (OPVG), en 2023 se registraron 67 feminicidios, 3.456 denuncias por violencia doméstica y 1.234 denuncias por violencia sexual. Estas cifras reflejan la persistencia de los estereotipos y las normas sociales discriminatorias que legitiman la violencia machista y la impunidad de los agresores.

Los indicadores sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Panamá muestran que, a pesar de los avances y esfuerzos realizados, aún existen situaciones que vulneran el ejercicio pleno de estos derechos. Algunos de estos indicadores son:

    • La tasa de fecundidad adolescente (15-19 años) en Panamá es de 62 nacimientos por cada 1000 mujeres, una de las más altas de América Latina y el Caribe. El embarazo adolescente tiene consecuencias negativas para la salud, la educación, el desarrollo y la autonomía de las jóvenes, así como para sus hijos e hijas.

    • El aborto inseguro es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad materna en Panamá, donde el aborto está penalizado en casi todos los casos. Se estima que en 2014 se realizaron 17.500 abortos inseguros en el país, lo que representa una tasa de 27 abortos por cada 1000 mujeres en edad reproductiva. El aborto inseguro afecta especialmente a las mujeres pobres, jóvenes, indígenas y afrodescendientes, que tienen menos acceso a servicios de salud de calidad y a métodos anticonceptivos.

    • La prevalencia de uso de métodos anticonceptivos modernos entre las mujeres en unión es de 72,4%, lo que indica que hay un 27,6% de mujeres que no usan ningún método o usan uno tradicional. La falta de acceso a métodos anticonceptivos modernos limita la capacidad de las mujeres de decidir sobre su reproducción y aumenta el riesgo de embarazos no planificados y abortos inseguros.

La violencia de género es una grave violación de los derechos humanos que afecta la salud física, mental y sexual de las mujeres. Según la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva 2014-2015, el 28,5% de las mujeres ha sufrido violencia física por parte de su pareja actual o alguna anterior, y el 10,9% ha sufrido violencia sexual. La violencia de género tiene impactos negativos en la salud sexual y reproductiva de las mujeres, como embarazos forzados, infecciones de transmisión sexual, lesiones genitales, entre otros.

La discriminación múltiple afecta a las mujeres que pertenecen a grupos históricamente excluidos por razones estructurales como el racismo, discriminaciones de toda índole, en una sociedad permeada por el fundamentalismo.

La participación ciudadana de las mujeres es fundamental para el fortalecimiento de la democracia y el desarrollo sostenible. Sin embargo, las mujeres enfrentan barreras para ejercer plenamente sus derechos civiles y políticos, como la falta de información, educación y recursos; el acoso y la violencia política; la subrepresentación en los espacios de toma de decisiones; y la limitada incidencia en las políticas públicas. Por ello, es necesario promover el empoderamiento y el liderazgo de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social.

Los indicadores sociales, económicos, políticos, de género, laborales y de derechos humanos de las mujeres en Panamá muestran avances importantes pero también desafíos persistentes para lograr equidad de género. Otro elemento fundamental a mejorar para superar la desigualdad que reina en nuestro país.

Es necesario adoptar medidas integrales y transversales que aborden las causas estructurales de la desigualdad y la discriminación por motivos de género, así como garantizar el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por el Estado panameño al respecto.

Desde la Federación de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación, que luchamos por mejores condiciones de vida para la población, y la lucha de la mujer trabajadora por su dignidad, es la lucha de todos y todas.

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