Panamá registró un nuevo récord histórico de consumo energético, a las 2:07 p.m. de este viernes 21 de julio de 2023, según informó el Centro Nacional de Despacho (CND) de la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (ETESA). El pico de demanda alcanzó los 1.822 megavatios (MW), superando el anterior récord de 1.813 MW, registrado el 9 de marzo de 2021.
En primer lugar, hay que considerar el factor ecológico. Según los expertos, una de las principales causas es la ola de calor que afecta al país y a la región es producto del cambio climático. Según el Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (IMHP), el viernes 21 de julio se registró una temperatura máxima de 38°C y una sensación térmica de 48°C en la ciudad de Panamá. Estas condiciones extremas obligan a los usuarios a utilizar más aparatos de refrigeración, como aires acondicionados y ventiladores, lo que incrementa el consumo eléctrico.
Panamá es un país que depende en gran medida de la generación hidroeléctrica, que representa alrededor del 60% de la matriz energética. Sin embargo, debido al cambio climático, los patrones de lluvia han variado y se han registrado sequías prolongadas que afectan el nivel de los embalses y la capacidad de producción de las centrales hidroeléctricas. Esto obliga a recurrir a fuentes alternativas, como la generación térmica o la importación de energía, que son más costosas y contaminantes.
En tercer lugar, hay que analizar el factor social. Panamá es un país con una población creciente y una alta tasa de urbanización. Esto significa que hay más personas que requieren de servicios eléctricos para satisfacer sus necesidades básicas y mejorar su calidad de vida. Asimismo, hay más personas que acceden a bienes y servicios que implican un mayor consumo eléctrico, como electrodomésticos, dispositivos electrónicos, internet, entre otros.
En cuarto lugar, hay que examinar el contexto de una economía de servicio, que tiene como características el alto consumo energético. Esto implica una mayor demanda de energía eléctrica. Según el gerente general de Etesa, Ing. Carlos Mosquera Castillo, hay también un incremento importante en las actividades productivas y económicas a lo largo y ancho del país: comercios, industrias, agroindustrias, centros comerciales, sector logístico.
También es fundamental evaluar el factor del modelo de consumo en el país. Panamá es un país que ha adoptado un modelo de consumo basado en el crecimiento económico y el bienestar material, sin considerar los límites ecológicos y los costos ambientales y sociales. Esto implica una falta de conciencia y responsabilidad sobre el uso racional y eficiente de la energía eléctrica, así como una escasa promoción e implementación de medidas de ahorro y eficiencia energética, tanto por parte del gobierno como de los sectores productivos y la ciudadanía, esto lo muestra la nula planificación interinstitucional en materia de procesos de lograr una huella de carbono negativa o de descarbonización de la gestión del Estado y la economía. En este aspecto es necesario tomar acciones urgentes para revertir esta tendencia y garantizar la seguridad y sostenibilidad energética del país.
¿Qué consecuencias tiene este récord histórico de consumo energético? Por un lado, implica un mayor estrés sobre el sistema eléctrico nacional que ya se encuentra en mal estado, en aspectos como distribución, con altas tasas de denuncias de usuarios. Según Etesa, el sistema eléctrico cuenta con una capacidad instalada de 3500 MW y una reserva operativa del 20%, lo que permite cubrir la demanda actual y futura. Sin embargo, también se deben tomar medidas para evitar el aumento de posibles fallas o interrupciones del servicio eléctrico, como mejorar el mantenimiento preventivo y correctivo de las líneas y subestaciones, así como reforzar la seguridad y vigilancia de las instalaciones, lo cual es una constante negativa en la actual gestión del sistema eléctrico.
El récord histórico de consumo energético en Panamá es un fenómeno complejo que responde a varios factores, entre los que destaca la ola de calor causada por el cambio climático. Este fenómeno tiene implicaciones tanto para el sistema eléctrico nacional como para el medio ambiente. Por ello, se requiere una gestión integral y sostenible del recurso energético, que involucre tanto a las autoridades como a los usuarios, que se instituya a través de una nueva política pública de gestión de calidad sobre los servicios públicos, entre ellos, el servicio público de electricidad.
Un reporte del Equipo de Investigación Multidisciplinario sobre las Políticas Públicas
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