El reciente sermón de domingo de Resurrección de Monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo católico panameño, desató un debate en las redes sociales sobre el término "Generación de Cristal", muy en boga en los tiempos que vivimos, y el uso que el religioso le dio en el sermón. Algunos dicen que éste desconoce el significado del concepto, otros que lo hace con toda intencionalidad, debido a su posición ideológica conservadora, diametralmente opuesta a los postulados renovadores del actual papa Católico, Francisco.
Como cientista social y docente el tema no deja de tener importancia porque vivo el día a día interactuando con una generación de jóvenes expuestas, desde antes de la Pandemia, al cambio tecnológico y sociopolítico acelerado, que bien lo retrata el reputado sociólogo catalán Manual Castells al señalar: "La condición de ‘nativos digitales' de los jóvenes de hoy les confiere una posición dominante frente a sus mayores. Su uso cotidiano de de los medios digitales de información y comunicación les ha permitido desarrollar nuevas formas de relación y construir sus propios espacios de autonomía colectiva. Las instituciones educativas deben afrontar ya el reto de adecuarse a la realidad de sus públicos para frenar ese desfase cultural-tecnológico que ya es un hecho" (La cultura juvenil en la era digital).
Siguiendo con las reflexiones de Castells, para quien la "La juventud, definida por la pertenencia a unas determinadas franjas de edad variables según las sociedades, siempre se ha caracterizado por su especificidad como cultura, es decir por un sistema propio de valores y comportamientos. Al ser una fase de transición entre la dependencia de la niñez y la vida adulta, el tema central de la cultura juvenil es la construcción de su autonomía, definiendo en términos propios su inserción en la sociedad", algunas teorías sociológicas han abordado el análisis del impacto del cambio tecnológico en las sociedades humanas a partir de las diferencias en los periodos etarios de la población. De esta manera señalan la existencia de generaciones: Generación Grandiosa (1915-1925); la Generación Silenciosa (1926-1945); los Baby Boomers (1946-1960); la Generación X (1961-1981); la Y (1982-2001); y la Z (2001 a la fecha).
En la era del Internet existen una diversidad de formas para referirse a los nativos o migrantes digitales que menciona Castells: los millenials, los centennials.. Pero también surgen clasificaciones de segmentos etarios en esta población como "Generación de Cristal", término acuñado en un artículo de 2012 del blog español Vox Populi, por Monserrat Nebrera, con el que designa a los hijos de la Generación X, de edades entre los 18 y los 25 años. "Los relaciona con el cristal debido a la dualidad transparencia/fragilidad emocional que caracteriza su personalidad y comportamiento", según María Carla OˊConnor.
Aunque el término podría tener connotaciones según Francisco Javier Acuña, de "estigma en peyorativo que experimentan solamente chicos pertenecientes a un estatus económico superior", también se extiende al resto de segmentos de poblaciones juveniles muy conectadas a las nuevas redes sociales y muy sensibilizadas por los problemas sociopolíticos del mundo actual. Quizá es la forma más común del uso que hemos podido ver en las redes sociales con respecto a la noticia del Sermón del Arzobispo Ulloa:
A través de los tuits podemos ver la confirmación de una acción peyorativa dirigida a segmentos de poblaciones de jóvenes que dominan el lenguaje de las redes sociales con mayor nivel de conciencia política como la lucha contra el machismo, por las libertades civiles, contra la corrupción, los derechos de las mujeres, las poblaciones lgbtiq, la ecología, el cambio climático, entre otras temáticas que muestran unas nuevas ciudadanías sensibilizadas por el mundo que les toca vivir donde las injusticias crecen geométricamente y se rehúsan a aceptar que el mundo no puede ser cambiado.
Si bien la conflictividad social en nuestro país y el mundo siempre han existido, a la par de un relato contra el orden establecido, las redes sociales han amplificado el radio de difusión y sensibilización sobre estos problemas, sobre todo porque se trata, según la experta en salud mental Marta Carmona, de la “generación que se va a tener que hacer cargo de las cenizas de una sociedad y de un planeta que lleva décadas quemándose y que exterioriza mucho más ese malestar porque le han visto el cartón al sistema”, “una generación donde no se compran los mantras capitalistas y neoliberales de que si estudias o trabajas todo irá bien” porque existe una crisis de sensación local pero también planetaria, agudizada por la Pandemia de COVID-19.
Las palabras del Arzobispo José Domingo Ulloa de índole peyorativa con el término "generación de cristal", denotan prejuicios sobre la comprensión de los problemas de la juventudes de nuestros tiempos, y se muestran lejos de las proclamas del Papa Francisco, que llama a una práctica de la fe de forma empática, sin prejuicios, porque los prejuicios son fruto del odio, y el que siembra odio, cosecha odio. Ya lo decía Albert Einstein: “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.”, Einstein le tocó vivir la época del fortalecimiento de los relatos totalitaristas que pusieron en peligro su vida y acabaron con millones de vidas.
No es una "generación de cristal", es un generación de nuevas ciudadanías, sensibilizadas sobre los problemas de su tiempo y muy interconectadas entre sí, capaces de llegar a acuerdos pese a que no piensan igual. Les he visto organizar protestas, festivales, y todo tipo de actividades sin que medie el dinero, por sólo el gusto del trabajo colaborativo, y ese es uno de los principales materiales sociales para enfrentar el legado de una sociedad depredadora, financiarizada y consumista que les tocó vivir.
¿Qué esperanza de calidad vida podrían tener unas juventudes que les tocará vivir las secuelas del endeudamiento público y la corrupción institucional de varias décadas de Régimen Político Pos invasión, que han privatizado la vida, la naturaleza y los bienes comunes a todxs, que somete a la infancia y al resto de la población al abuso sistemático de sus DDHH? Antes que sembrar odio con prejuicios contra esas juventudes, los docentes de la Federación de Trabajadorxs de la Educación de Panamá estamos siempre en disposición de acompañarles en la promoción del debate y los principios Democráticos que van a dar forma al proyecto de país donde existan Derechos para todos y todas.
Profesora Yadira Pino
Coordinación de la FETEP
Activista por los DDHH y Cientista Social
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